Antonio Gil

Considerablemente repuesto, a pesar de la insistencia de Claudia de colocarme los pies en la cara cuando se viene a nuestra cama, y a una nueva táctica de robarme la almohada y hacerme dormir en una esquina, reemprendo el blog y comienzo creo que la octava semana de rodaje. El viernes terminamos animados y contentos el episodio de las moscas, y ahora sospecho que rodaremos el episodio que llega Merche, la mujer del capitán Valladares, a la nave. El personaje esta soberbiamente interpretado por la absolutamente legendaria Gracia Olayo.
Es un episodio particularmente divertido y angustioso, que Antonio Gil está bordando.
Antonio es la gran sorpresa de Plutón. Su asombrosa capacidad expresiva y lo bien que nos entendemos están convirtiendo su pesonaje en algo especial e inovidable. Valladares es, o pretende ser, más bien, un héroe de leyenda, pasar por la vida dejando huella. Sin embargo, es la vida la que termina pisándole en la cara a él, repetidas veces. La clave es que su imperturbable optimismo no se lo permite reconocer, y lo niega, resultando tremendamente patético para los demás. El nota que algo falla, que las cosas no son como deberían ser, y lo paga con los que tiene alrededor, que no saben porqué hay que comportarse míticamente, cuando en realidad, nada es mítico. Esa lucha por mantener la dignidad perdida es el alma de su personaje y de la serie. El universo no es como uno lo esperaba. ¿Por qué? ¿Por qué todo falla siempre? Tiene mucho de Peter Sellers, mucho de Quijote, mucho de mí. El ridículo, sin embargo, redime, purifica, y Valladares termina siendo, por la ingente cantidad de sufrimiento que digiere, un héroe. Valladares triunfa y supera el bochorno que supone existir.