Maniobra LOCO IVAN

Una maniobra Loco Iván, como recuerdo que explicaba Sean Connery, es un cambio de rumbo tan extraño, tan absolutamente ignoto e ininteligible, que el enemigo nunca sabrá a qué atenerse, obligándole a retroceder. Ayer no hubo más remedio que utlizar la maniobra Loco Iván para salir de un atolladero, de un abismo infranqueable. No voy a explicar con detalles el problema para no herir susceptibilidades. Digamos que algo que yo creía que funcionaba, no funcionaba en realidad. Culpa mía por no revisarlo más veces. Pero es que ese pequeño detalle JODIA literalmente el rodaje entero del capitulo, así de claro y distinto, así de terrible. Podía rodar otra cosa y arreglarlo, pero me llevaría días y cualquier otra secuencia que hubiera rodado exigiría otra nueva cantidad de contingencias no contempladas, por lo que volveríamos a encontrarnos con problemas aún peores. No teníamos "Cover", otra secuencia que rodar alternativa por si fallaba ésta, como se dice en cine. Justo cortamos para comer y nos quedamos los responsables en plató dando vueltas pensando qué solución darle al tema mientras corrían los minutos y me salía humo de la cabeza. La sangre fluía por mis orejas como lágrimas, pensando cómo solucionarlo. Todos me miraban absortos. De pronto surgió la idea, que de puro descabellada parecía factible. Un micrófono... No, un monitor... Que se vea la boca.... El monitor en la frente, en el cuello... A su vez la nueva idea generaba problemas colaterales pero menores, y fácilmente soslayables. Al final rodamos, ante el estupor de los presentes, y Carlos Areces comentó que así la secuencia ganaba mucho, desconocedor de la tragedia que se ocultaba detrás. Esos escasos minutos en los que tuve que pensar una solución me agotaron, me extenuaron, como si alguien me hubiera aplastado la cabeza con una enorme tenaza. Estuve a punto de perder un día o más de rodaje. O peor, quedarme sin capítulo, en fin, un drama de proporciones épicas. Quizá cuando acabe la serie , o pasen el episodio, cuente de qué va todo esto. Qué angustia.