EPC, quiero otro 12

Ayer fue un día maravilloso, relajado, distendido y productivo. No sé qué pasó ni que se hizo para que fuera así. Imagino que el rodaje era más sencillo, o estábamos de mejor humor. Llegamos a momentos gloriosos de carcajada cuando a través de los cascos pude oír "Talla, no me metas mano" mientras Tallafé y la señorita Bang esperaban tras una de las puertas de la nave. No se preocupen que la señorita Bang sabe defenderse sola. Pero como todo tiene su reverso y el gran Dios ignoto e ininteligible que dirige nuestros destinos se empeña en compensar buenos momentos con putadas impensables, algunos de los planos más dificiles del otro día están fuera de foco, pero al parecer por una extraña y preocupante falta de definición del 12 por los bordes. Y lo más acojonante es que EPC -esa gente encantadora que nos suministra, se supone, asistencia técnica- no tienen otro, sólo tienen dos objetivos del 12. Desde aquí os pido, amigos de EPC, que vengáis al rodaje, veáis el plano, y en cualquier caso, mováis el culo para conseguir otro 12 (en Londres, en Los Angeles, en Calatayud) y tenernos contentos, porque ese y no otro es vuestro trabajo. Hacernos felices. Por lo demás hoy empezamos a rodar el episodio de las moscas de Hacienda. Adolfo está preocupado porque tiene mucho maquillaje, yo estoy preocupado porque Adolfo me saca de quicio, pero como le quiero tanto, no puedo compensar con gritos el estado de nervios que me genera. Problemático.