Faltan 10 días

Valladares, mi alter ego, mi sombra, mi caricatura, la mía, la de Jorge y la de tantos otros que no nos amoldamos a la realidad, que la encontramos áspera y confusa, se convertirá en una entidad pública en poco tiempo. Tan sólo 10 días. 10 días para que anide en vuestras casas esta comedia, absurda como una rabieta infantil, tierna y cruel, idiota y terrible.

El mejor momento de los evangelios es cuando abofetean a Cristo y él pone la otra mejilla. No es un momento de abandono blando y compasivo como nos han vendido los curas durante siglos. Si lo interpretas correctamente, poner la otra mejilla es un acto de rebeldía, una cínica, violenta y amarga manera de reírte del dolor, de la angustia, el sinsentido y la muerte. Poner la otra mejilla es un acto de inteligencia pura, una inútil y cruel manera de defenderse del horror que supone vivir. Poner la otra mejilla, sonreír, enseñando tus brillantes dientes metálicos, ante el horror, en su misma cara. Pégame, abofetéame, que nunca conseguirás que me doblegue. Siempre reiré el último, ofreciéndome a mí mismo como sacrificio. ¿Será esa la solución a todo? ¿Es la comedia suicida, la rabia cínica la solución? Ante el dolor, la carcajada cruel y consciente, la bofetada final. Destruyo la antítesis haciendola mía, la asumo, me la como. Me como mi rabia y la escupo, como un escupitajo de bilis, un chiste cruel. Ofrecerse como sacrificio, autoinmolarse ante el altar. Crucificarse, pero con una sonrisa. Estoy convencido de que Cristo murió riéndose, riéndose a carcajadas, pero es un secreto tan terrible que se ha ocultado durante dos mil años.

Bueno, todo esto nada tiene que ver con mi serie.


La comedia, la comedia idiota, el Dadá, el absurdo por sí mismo, poner la otra mejilla hasta que las bofetadas enrojezcan tu rostro y se parezca al de un payaso. Reírse de uno mismo hasta la muerte. ¿Será la comedia el antídoto?